O texto abaixo, com suas fragilidades e desacertos por ter sido redigido em três dias, foi apresentado no Primeiro Forum Mundial do Pensamento Crítico - CLACSO, em Buenos Aires, no GT Economia e Desarrollo Político. Foi um exercício que me exigiu leituras ainda não devidamente estudadas, conferências ouvidas e não revisitadas e alguns textos meus publicados neste blog e parcialmente reaproveitados em suas formas e conteúdos, como por exemplo, o título.
LA VORACIDAD COMPETITIVA Y LA
RAZÓN DISPONIBLE
"Pienso que
poco a poco, y de modo irreversible, nos alejamos de las "cuestiones
románticas" de nuestro tiempo, y más específicamente, de 3 puntos que
definen el problema de mi análisis hoy. Estos puntos son: 1) nuestras
posibilidades ideológicas, 2) nuestras posibilidades profesionales, 3) nuestras
posibilidades afectivas y de acción en el mundo.
Los
acontecimientos ocurridos en las últimas elecciones de Brasil imponen una nueva
manera de, nosotros del campo democrático, comenzar a entender lo que pasó bajo
nuevos paradigmas. Ya no cabe más la lectura socio-político-económica con sus
proyectos teóricos, muy bien concebidos en la academia, si no existe la
proximidad carnal con las masas populares. Abandonadas como están, entregadas a
su destino en el sufrimiento cotidiano, con un anteparo de programas sociales
muy restringido y sin aquello que Montserrat Sagot llama una formación
ideológica.
En el primer
caso, considero el ejercicio de la práctica y de la reflexión
político-ideológica, un trabajo que el campo democrático de izquierda
practicaba muy bien en los años 1970 y 1980 en Brasil, a través de la comunidad
eclesial de base, la iglesia progresista en los bordes de las ciudades
desarrollando métodos críticos de análisis. Esto se perdió, como el aliento al
viento, y en el lugar surgieron las acciones de la teoría de la prosperidad,
trabajado de manera incesante por las iglesias neopentecostales.
Considerando
las circunstancias políticas de mi generación, las luchas de independencia de
África, las guerrillas de liberación en Centroamérica, hoy prácticamente no
tienen sentido pensar en los líderes que se forjaron en el período de
independencia de África, como Steve Biko, Leopold Senghor, Ben Bella , que
alimentaban el imaginario tercermundista de los jóvenes en torno a un mundo más
justo y solidario.
El más
increíble en este período de ruptura con la memoria de la construcción nacional
es observar el esfuerzo sistémico en hacer anacrónico y falso pensadores muy
actuales como Edward Said, Milton Santos, Tariq Ali y políticos que apenas
dejaron el poder, sobre todo en nuestra América del Sur, como Lula, Kirchner,
Correa.
La poderosa
onda neoliberal de linaje financiero-empresarial lanza sus datos y juega en el
escenario con representantes "íntegros", con la propuesta de
"gobernanza gestora", sin ninguna tolerancia a la diversidad
política, pues se privilegia el liderazgo bancario, en sintonía con los
derechos humores del llamado mercado.
En el segundo
caso, el espectro de actuación profesional, la fuerte restricción de los
conocimientos humanos, sustituidos por la práctica del saber técnico,
concentran la formación superior a las estrategias alineadas a los intereses
del mercado, gestión y producción y marketing. Cada vez más se eliminan de las
aulas de las Ciencias Humanas las lecturas y debates en torno a la comprensión
del mundo en que vivimos, de manera crítica. Las ocupaciones que valoran el
cuerpo y la mente, los fundamentos del bienestar individual y social como la
sociología, la antropología, la psicología, la filosofía, entre otras.
Entramos en un período en el que se acelera la competencia, premiando a aquellos que ofrecen subsidios a ese modo de enfrentamiento funcional, de profesores que aplican su conocimiento valorizando las condiciones de mercado, a trabajadores que se empeñan en reproducir prácticas de gestión y economía empresarial, todo definido por las cartillas neoliberales.
Entramos en un período en el que se acelera la competencia, premiando a aquellos que ofrecen subsidios a ese modo de enfrentamiento funcional, de profesores que aplican su conocimiento valorizando las condiciones de mercado, a trabajadores que se empeñan en reproducir prácticas de gestión y economía empresarial, todo definido por las cartillas neoliberales.
Y por ende el
tercer caso, tal vez el más dramático, las posibilidades del afecto y de la
convivencia en concordancia desaparecen con el acrecimiento de la competición,
en una clave de lucha por la supervivencia en el mundo. El neoliberalismo, como
propone Teresa Morales Oliveira, ministra de Desarrollo Productivo y Economía
de Bolivia, no se restringe a la aplicación de los conceptos liberales en la
economía, sino acción política de conquista del Estado por las grandes
corporaciones redimensionando nuestra condición de estar en el mundo.
La violencia no sólo física, sino principalmente comunicativa, de grupos alineados al más agresivo neoliberalismo económico, demuestra que una nueva moral y una nueva comunicación se impone, constituyéndose como voz y pensamiento de esa hegemonía financiero-empresarial que avanza.
La violencia no sólo física, sino principalmente comunicativa, de grupos alineados al más agresivo neoliberalismo económico, demuestra que una nueva moral y una nueva comunicación se impone, constituyéndose como voz y pensamiento de esa hegemonía financiero-empresarial que avanza.
Conforme Mbembe,
el neoliberalismo en su proyecto de globalización deja explícita la
construcción de centros y periferias, exploradores y explotados, en un modelo
esclavócrata que privilegia la racialización de la humanidad, sea ella biológica
o social. El racismo aquí puesto necesita ser reconocido para ser enfrentado.
La branquitud retirada de su función modelo.
En los años 1970 la Teoría de la Dependencia Marxista discutida por Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra y Theotonio dos Santos, entre otros, proponía el mismo escenario centralidad-periferia del capitalismo, analizando los desajuste del desarrollo de la ciencia, la técnica y la información, dependencia y sumisión impuesta por el centro industrial en relación a la periferia.
En los años 1970 la Teoría de la Dependencia Marxista discutida por Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra y Theotonio dos Santos, entre otros, proponía el mismo escenario centralidad-periferia del capitalismo, analizando los desajuste del desarrollo de la ciencia, la técnica y la información, dependencia y sumisión impuesta por el centro industrial en relación a la periferia.
Hoy el escenario
es más desesperante, ya que desde el punto de vista de Mbembe, la producción de
enemigos es intestina, se da en la propia periferia, y en el caso de América
Latina, se muestra sometida no a los militares, sino al poder jurídico, apoyo indispensable
de las élites, del gran empresariado transnacional y de los medios
corporativos.
Esta, sin
embargo, cumplió mejor su papel a principios del siglo XXI, al diseminar la
fake news a favor de las clases dominantes. Hoy por hoy, como mostró la elección
de Bolsonaro, ella fue colocada en segundo plano por la voracidad de la fake
news producida en las redes sociales.
Es decir, como
diria Paulo Freire, la diversidad cultural, social, política, son colocadas en
jaque por una masa de reproductores bancarios que asimilan contenidos vagos,
inconsecuentes e imprecisos como signos de cambios necesarios. Se sacrifica la
autonomía del individuo en nombre de un "masivo compromiso bancario"
que ofrece nada más que una mínima perspectiva de supervivencia.
El odio no
surge del movimiento súbito y articulado de protofascistas enredados en cada
sociedad, sino de todo un conjunto institucional que facilita la voz de esa
gente. El odio es parido como una forma de desarticulación, como a desvelar una
especie de totalitarismo que propone la reconstrucción total de la sociedad,
con nueva mentalidad, con nuevas instituciones.
El odio de las calles de Berlín a principios de los años 1930 resurge con otros ropajes, legitimado por la miseria intelectual y social. El odio en las relaciones ganará fuerza en Brasil de Bolsonaro, un odio decrepito, de tono agresivo, incapaz de edificar un proyecto.
El odio de las calles de Berlín a principios de los años 1930 resurge con otros ropajes, legitimado por la miseria intelectual y social. El odio en las relaciones ganará fuerza en Brasil de Bolsonaro, un odio decrepito, de tono agresivo, incapaz de edificar un proyecto.
La
desintegración por las fake news producida en los valores morales de la
sociedad construyó en Brasil consecuencias dolorosas y irreversibles en el
tejido social. Para terminar de manera más liviana, aún que dolorosa, me gustaria de proponer una conclusión literária, un cuento escrito por Mario Benedetti hace 50 anos, en que es posible comprobar algo que se pasó a menudo en nuestros hogares.
Se trata del cuento Ganas de Embromar, de Benedetti,
cuando los amigos Armando y Barreto perciben que sus conversaciones telefónicas
son intervenidas en razón de tres carrasperas, una larga, otra corta y otra
larga, y aún así continúan jugando con el censor. Pocos dias más tarde, Armando
es detenido y violentamente torturado.
Armando se
despertó en el hospital y allí todos estaban: el padre, la madre, Barreiro,
Tito, Celia. Detrás de
Barreiro estaba Tito, más callado que de costumbre. De pronto, Maruja, su
novia, reparó em él.
- Y vos qué decís ahora? Seguís tan ecuánime como de
costumbre?
- Siempre le dije a Armandito que la política era
una cosa sucia.
Luego
carraspeó, três vezes seguidas, una larga, una corta, una larga.