22 julho 2013

Un día tras otro




Qué me importa ese momento fungible, que se pierde con mis pasos, sino para recordar mis tiempos llenos de amor y cariño? Por unos días solo quedará el recuerdo de una sonrisa preciosa, unos ojos llenos de azur, las palabras que encienden al cuerpo roto... 

Ahora, no más que las luces del invierno, el aroma de los árboles, los colores de las sonrisas esparcidas por las calles, llenas de caminantes sin camino...

Asi me quedo en la plaza San Martín, reconozco a los ancianos que charlan, en los bancos alrededor de la estatua, atrapada por una multitud de chicos que suben como hormiguitas a los escalones, toman unas fotos con sus papás, quietitos por un rato y pronto reanudan con la algarabía...

Más allá, un hombre con el sombrero abraza a su esposa, le sonríe dulcemente y le habla de su amor. A los dos como a todos en la plaza el sol abarcanos con sus rayos encantados y nos calienta... 

Me gusta disfrutar los silencios de Cordoba, las sombras de los dioses imaginarios, los sonidos de las campanas que doblan por los tiempos infinitos... y una vez más ese sentimiento que logra acercarse de mi corazón, como a lucir vivamente mi alma...



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